El poder no se detenta. Se ejerce. Este viejo axioma funciona a la perfección en la realidad argentina, ya que Alfonsín en el radicalismo y Menem en el justicialismo manejan los hilos de sus partidos a pesar de su deshilachada imagen. La actitud del dirigente de Necochea deja mal parado al actual mandatario, acusado por propios y extraños de lento y poco firme. Estas disidencias, en las cuales un Senador nacional (y presidente de la UCR de la Provincia de Buenos Aires) discute fuertemente las medidas de su gobierno, al igual que Rodolfo Terragno, ex Jefe de Gabinete, son duramente observadas en el exterior, calificándonos con los mas bajos índices de confiabilidad. No por nada el riesgo país anda por las nubes.

En la misma semana en que el Poder Ejecutivo daba a través de cada uno de sus integrantes más de una conferencia por día, en los primeros días de Agosto, Alfonsín se reunió con dirigentes propios y extraños, radicales y justicialistas, piqueteros y sindicalistas. Para cada acto se garantizó un amplio despliegue periodístico, que por supuesto irritó a los colaboradores más cercanos de la quinta de Olivos.

El peso de la responsabilidad se mide solo en las actitudes gubernamentales, pero muchas de las veces, los observadores internacionales miran un poco alrededor.►

Agosto 2001 ©