Las declaraciones de funcionarios encumbrados del FMI indicaron el malhumor por las demoras en la sanción de la eliminación de la jubilación estatal y el presupuesto 2001. No ha caido muy bien en los observadores que encabeza Teresa Terminassian el aumento del déficit programado para el presupuesto del año que viene, considerando que el Gobierno aumentó ligeramente algunas partidas con finalidad social. La ortodoxia es el lema de algunos teóricos actuales del FMI, que consideraron como "flojas" viejas posturas con los países deudores. Aunque en el Banco Mundial y el propio FMI ya tienen en carpeta activa la categoría de países PPME (Países Pobres Muy Endeudados) a los que incluso han perdonado parte de su deuda (como el caso de Bolivia), piensan aumentar la presión sobre países de carácter intermedio como la Argentina. El ajuste próximo será sobre los puntos sensibles (salud, educación y desarrollo científico independiente) considerados un lujo para las naciones endeudadas. "Si debés plata al banco, no podés tener una quinta con quincho y pileta", expresó un funcionario argentino que, paradójicamente, trabaja para una consultora extranjera que estudia la deuda de nuestro país.