Juan Llach, un economista devenido a educador se sintió fuera del agua desde el primer días a pesar de tener en su haber un estudio académico sobre las escuelas autoadministradas (o "charter") que no pudo llevar a la práctica. Pero aún así asumió con estoicismo un lugar que le encargaba el Presidente, aunque no fuera el más indicado para su perfil. Ahora, en cambio, se ha convertido en el primer Ministro que renuncie en la actual gestión de gobierno, dando lugar a todo tipo de hipótesis. La más fuerte indica que no está de acuerdo con los cambios que se vienen, y por ello ha decidido dar un paso al costado antes de seguir remando en un sector al cual se le presta poca atención pero que genera mucho desgaste.

Algunos indican que en los cambios que se efectuarán tomará más vuelo López Murphy, el economista preferido del Presidente, dando por terminada la sorda competencia entre todos los "expertos" en economía que tenía el gobierno, con Machinea, Rodríguez Giavarini, y los ya ya mencionados. No puede seguir después de unos movimientos que ya se conocen en algunos ámbitos y que lo seguían relegando de la función en la que siempre se lo vió.

Llach prefirió irse ante que el desgaste que ya tenía en la relación con los gremios o sus subalternos se convirtiera en comidilla de los medios. De esta forma pasó como el pimer Ministro que dio las "hurras" en un Gobierno bastante estable en cuanto a la composición de gabinete, en el cual no ha hecho ningún cambio en 11 meses. Quizás ya sea tiempo...