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Habíamos
dicho que la Declaración de la Independencia reportaba un estatus jurídico
internacional determinante. Pero lejos estaba el Congreso
Constituyente de ser la expresión de un país unido en sus ideales. Cuando
Pueyrredón, a cargo del Gobierno convoca en 1816 a reunirse en Tucumán,
nuestro país se encontraba dividido. Córdoba (a pesar de su
asistencia), Santa Fé, Entre Ríos y Corrientes, preparaban un congreso
en Paysandú convocado por José Gervasio de Artigas. Paraguay no asistió,
al igual que Bolivia. Dentro
del Congreso Constituyente, las tendencias estaban divididas en
dos: los sanmartinianos (Buenos Aires, Mendoza y San Juan) y los
belgranistas (provincias del norte, incluido el Alto Perú). Los
seguidores de Belgrano querían reconstruir una monarquía, pero con una
dinastía Inca. Así mismo, querían capitalizar Cuzco.
Los sanmartinianos no aceptaron estos términos, aunque sí
compartían la idea monárquica. Sobre todo porque San Martín se
manifestaba muy molesto por las luchas territoriales de interés en los
primeros seis años posteriores a la Revolución. En
ese momento, nuestro país era el único independiente en la región del
cono sur. San Martín aún no había comenzado su campaña libertadora,
ya que necesitaba ser representante de un país independiente y no de
una colonia rebelde. Eran
tales las diferencias que lo único que unía a los dos tendencias era
la Declaración de la Independencia, que fue promulgada en la
oportunidad. De hecho, el Congreso Constituyente no dictó
ninguna Constitución. En 1817, el Congreso de trasladó a Buenos Aires,
donde se dictó un Reglamento Provisorio (usado hasta el 19, donde
verdaderamente se redactó la primera). San
Martín no asistió de cuerpo presente, ya que estaba dedicado a la
formación del Ejército de los Andes, aunque se reunía en secreto con
Pueyrredón en un pueblo de Córdoba. LA
CONSTITUCIÓN DE 1816 Esta
Constitución se basaba en el Estatuto de 1815, y daba forma inicial a
nuestra actual Carta Magna ya que dividía el Poder en tres ramas: la
Ejecutiva, a Legislativa y la Judicial. Finalmente,
los delegados sanmartinianos lograron dilatar la implementación de las
ideas belgranianas, que se fueron diluyendo con el tiempo y el ocaso de
Belgrano. Con
la Declaración de la Independencia en sus alforjas, San Martín
comenzó las campañas militares. José
Ingenieros, en “La evolución de las ideas argentinas”
escribió que el Congreso Constituyente fue la inversa de la Asamblea
del año XIII. Los conservadores dominaron el Congreso y por ello se
abandonaron muchos de los originales conceptos revolucionarios de 1810. |
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